sábado, 9 de mayo de 2009

Lesbianas: exclusión y discriminación laboral

“Tengo dos amigas que hace algún tiempo iban a entrar a trabajar al gobierno de la ciudad. Pasaron las entrevistas y todo y finalmente les hablaron y les dijeron que no, que a lo mejor si su facha fuera distinta sí, pero no a las lesbianas en el gobierno, por lo menos no tan obvias” (Marcia, México)

Esta es una de las tantas voces de mujeres lesbianas latinoamericanas, que dan testimonio de las múltiples discriminaciones que tienen que soportar en sus trabajos, tanto para acceder como para mantener un trabajo estable, porque su sexualidad se aparta de la norma heterosexual.
La discriminación hacia las mujeres forma parte del día a día del mundo laboral, y se multiplica cuando mujeres son indígenas, negras, mestizas, latinas, pobres, jóvenas, adultas mayores y por supuesto, cuando su sexualidad no se ajusta lo establecido: cuando se es lesbiana, o bisexual, o cuando la expresión de género no se adapta al ideal de lo "femenino". Aquí, las dificultades para encontrar trabajo y conservarlo son mucho mayores aún.
Ya desde el comienzo de una relación laboral suele ocultarse la orientación sexual no heterosexual durante el proceso de solicitud de empleo por temor a que se desestime su candidatura o que ésta no sea evaluada imparcialmente. En la mayoría de los casos, las lesbianas y gays que demandan un empleo no tienen la certeza de que la reacción del empleador no va a tener prejuicios. Es más, algunos empresarios tendrían políticas explícitas de exclusión de las personas gays y lesbianas en un trabajo. Ni hablar en el caso de las transexuales, las cuales ya están rechazadas de antemano.
Las mujeres que no son parte de estos modelos soportan diferentes formas de exclusión y maltrato social. En el área laboral, la "belleza" y la "femineidad" se traducen como "buena presencia" y este es un requisito ineludible para las mujeres en todos los niveles laborales.
Una de las estrategias con que se manifiesta este pánico es el prejuicio, que instala a las lesbianas en el lugar de “acosadoras”, como si ser lesbiana implicara que a una le gustan todas las mujeres. La realidad, sin embargo, las muestra en otro lugar, un lugar que comparten como mujeres: el lugar de objetos del acoso sexual por parte de jefes varones. En el caso de aquellas que ya están identificadas por sus jefes o compañeros como lesbianas, el acoso tiene la excusa - muy arraigada culturalmente- de que las mujeres lesbianas lo que realmente necesitan es un hombre que “les quite lo lesbianas”. Hay un empeño en conocer la causa, la fuente, cuál fue la mala experiencia, dónde estuvo el trauma "que te torció el rumbo". ¿Por qué nunca escuchamos la pregunta ¿“Cómo fue que te hiciste heterosexual?” ¿Por qué nadie tiene que responder al interrogante: ¿Usted es heterosexual? ¿Lo saben en su trabajo?

"Y bueno, aquí en la universidad tengo 21 años de trabajar. Casi han ido a la par mi ingreso a esta universidad y mi salida del clóset, y fue paulatino. Al principio sí me daba mucho miedo. Sentía miedo de sufrir rechazo, de que la gente me viera mal, de que me corrieran incluso. Pero poco a poco fui entendiendo que era algo de lo que yo no tenía que avergonzarme y que si no me hablaban, pues el problema no era mío sino de la gente que decidiera no hablarme. Y si me corrían, pues nos íbamos a meter en un lío porque no me podían correr por ser lesbiana. Total, me empecé yo sola a armar de valor y a empezarlo a abrir ... Yo creo que sí, mira: a los negros se les estigmatizaba mucho y el decirles negros era peyorativo, ellos lo retomaron como una forma de dignificarse. Yo creo que esto sí se puede, y se debiera hacer: dignificar lo que tú eres. Porque finalmente eso eres, no podemos vivir como avestruces con la cabeza metida en la tierra. Y el hecho de que tú lo digas, desarma, no saben qué decirte, no saben cómo responder, ante lo que ellos sospechan y tú lo aseguras. A la gente le suena muy fuerte la palabra lesbiana y yo pregunto ¿por qué tendría que sonar débil? ¿Por qué: porque se refiere a una mujer? Lesbiana es una palabra fuerte y me gusta, me identifico mucho como lesbiana, me sé lesbiana, me gusto lesbiana, así."
Informe "La invisibilidad aseguraba el puchero", Lesbianas y discriminación laboral en América Latina.



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