De la misma manera que en el programa anterior te presentamos a Ilse Fuskova. En esta segunda entrega de la entrevista te recordamos que Ilse, esta mujer que hoy tiene 80 años, se reconoció lesbiana a los 56, después de 30 años de matrimonio heterosexual y fue la primera mujer lesbiana que en Argentina asumió públicamente su lesbianismo ante las cámaras de televisión.
Cuántas vidas habrán cambiado luego de la aparición pública de Ilse, cuántas mujeres habrán comenzado a partir de verla, a repensar sus deseos, sus amores, su cotidianeidad. Cuántos interrogantes habrán comenzado a plantearse, porque, como la misma Ilse nos dice en su libro “Amor de mujeres”, la realidad lésbica plantea mucho más que un ghetto más o menos seguro. La realidad lésbica plantea un arsenal de preguntas de fondo:
- ¿por qué se ha instalado como obligatoria la heterosexualidad cuando de hecho en todas las épocas históricas y en todos los continentes existió la atracción erótica entre mujeres?¿Cómo se beneficia el patriarcado con esta norma?
- desde niñas nos adoctrinan para que creamos que si no somos madres no somos mujeres completas. ¿Cómo se beneficia el patriarcado con nuestra ciega obediencia?
- la libre sexualidad se admite siempre que signifique el acceso de los varones al cuerpo de la mujer, pero no cuando plantea la sexualidad entre las mujeres. ¿A qué intereses sirve que esto sea así? Sabemos, escribe Ilse, que a partir de estas preguntas se abre una vastísima realidad fundada en la experiencia de las mujeres.
Te mira a los ojos, te acaricia, como la voz y las palabras que Ilse escribe en “La Isla”:
Lo que de la tierra mas amaba
Volvía a encontrarlo en el otro cuerpo.
Las colinas, la decisión de las palmeras,
El dulce canal de la nuca donde se articula lo necesario y el mundo de los sueños,
Y entre los muslos, y entre los labios
Algo mucho mas delicado
Aunque parecido a la seda húmeda
Que ella rozaba con reverente alegría, como si a 300 metros de profundidad
Le fuera permitido besar corales y anémonas de mar
En el paladar su lengua encontraba
Las huellas de la marea baja.
Volvía a encontrarlo en el otro cuerpo.
Las colinas, la decisión de las palmeras,
El dulce canal de la nuca donde se articula lo necesario y el mundo de los sueños,
Y entre los muslos, y entre los labios
Algo mucho mas delicado
Aunque parecido a la seda húmeda
Que ella rozaba con reverente alegría, como si a 300 metros de profundidad
Le fuera permitido besar corales y anémonas de mar
En el paladar su lengua encontraba
Las huellas de la marea baja.
Ilse
Leer + Entrevista a Ilse Fuskova en la revista Soy
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Homofóbicos, lesbofóbicos, misóginos, bifóbicos y transfóbicos ABSTERNERSE de comentar!!
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